El tatuaje
Parece que no hay nada más moderno que el uso de tatuajes. Sin embargo, en 1991 una expedición arqueológica encontró en la frontera entre Italia y Austria el cuerpo congelado de un hombre, seguramente un cazador, de unos 5.000 años de antigüedad. Para el asombro de los investigadores, el cuerpo presentaba varios dibujos tatuados.
Resulta muy difícil reconstruir la historia del tatuaje, pero lo que sí se puede saber es que desde hace miles de años diversos pueblos se han interesado por embellecer sus cuerpos con ellos. Solamente en los pueblos de piel negra hay un uso menor del tatuaje, prefiriendo la escarificación (hacer un relieve sobre la piel).
La función del tatuaje ha variado con el tiempo y las culturas: inicialmente tuvo una función religiosa, en Oriente se utilizó para indicar la pertenencia a un clan y otros lo usaron como dibujo protector o como recordatorio. También se lo asoció con el mundo marinero y la delincuencia y fue utilizado para identificar la propiedad de esclavos o “marcar” a las personas en un campo de concentración.
La forma de tatuar también tiene múltiples formas: los Inuits o esquimales se bordan el tatuaje con un hilo, en Oriente se utiliza una especie de peine que permite hacer grandes dibujos y algunos pueblos africanos desde hace muchos años utilizan el henna (una planta con gran cantidad de usos) que permite borrar el tatuaje sin dificultad. La primera máquina eléctrica de tatuar, tal como se conocen hoy, se creó en Inglaterra, en 1890.
Sin duda, su uso representa un signo más del intercambio entre las culturas: actualmente personas de todos los estratos sociales y edades llevan tatuajes.
Resulta muy difícil reconstruir la historia del tatuaje, pero lo que sí se puede saber es que desde hace miles de años diversos pueblos se han interesado por embellecer sus cuerpos con ellos. Solamente en los pueblos de piel negra hay un uso menor del tatuaje, prefiriendo la escarificación (hacer un relieve sobre la piel).
La función del tatuaje ha variado con el tiempo y las culturas: inicialmente tuvo una función religiosa, en Oriente se utilizó para indicar la pertenencia a un clan y otros lo usaron como dibujo protector o como recordatorio. También se lo asoció con el mundo marinero y la delincuencia y fue utilizado para identificar la propiedad de esclavos o “marcar” a las personas en un campo de concentración.
La forma de tatuar también tiene múltiples formas: los Inuits o esquimales se bordan el tatuaje con un hilo, en Oriente se utiliza una especie de peine que permite hacer grandes dibujos y algunos pueblos africanos desde hace muchos años utilizan el henna (una planta con gran cantidad de usos) que permite borrar el tatuaje sin dificultad. La primera máquina eléctrica de tatuar, tal como se conocen hoy, se creó en Inglaterra, en 1890.
Sin duda, su uso representa un signo más del intercambio entre las culturas: actualmente personas de todos los estratos sociales y edades llevan tatuajes.